Está siendo un final apasionante, emotivo, apretado y parejo. Con tres equipos igualados en el ocaso del torneo, y con olor a desempate. Con un cuarto en discordia, un cuerpo por detras, pero que no se baja. Cuatro equipos, un título. Cuatro ilusiones, una meta: el campeonato. Tigre recibirá a Banfield en Victoria. Boca a Colón, en la Bombonera. San Lorenzo visitará el Diego Armando Maradona, donde Argentinos intentará arruinarle las pretensiones. Lanús, en casa, enfrenta a San Martín de Tucumán, esperando tres manos para soñar con la consagración. La recta final está muy pareja. Ahora sí no hay margen para los errores. Un equipo se quedará con toda la gloria. Los de Russo y los de Ischia veran como una frustración, y como un fracaso, no salir campeones. Los de Zubeldía y los de Cagna seguros de una campaña fabulosa serán reconocidos igualmente.
Un partido apto para cardiacos. Aburrido, para el bostezo. Boca y Gimnasia hicieron tablas. Ninguno de los dos propuso nada. Muy pocas situaciones y un resultado que justificaron los protagonistas con su poco impetu ofensivo. Riquelme no apareció en el Xeneize. El 10 no tuvo un buen partido. Estuvo muy estático, y no entro en sintonía futbolística. El equipo de la ribera perdió dos puntos, y tuvo que partir la punta en tres porciones. Ahora deberá ganar, y esperar que la competencia no lo haga. Sino hay desempate, y los recuerdos no son los mejores. Se había ido La Volpe, se habían ido las derrotas con Belgrano en Córdoba y con Lanús en La Boca, se habían ido los goles de Sosa y Pavone en la cancha de Vélez, para que el Pincha le arrebatara la gloria y el tricampeonato. Se habían ido los fantasmas de aquel fin de año triste. Amenazan con volver.
Resultado consagratorio. Tigre tiene maquillaje de equipo grande. Se mueve en la cancha como tal. Da vuelta partidos, en canchas dificiles, algo que está reservado para los que pretenden quedar en la historia. Su técnico tiene una jerarquía hereditaria. La heredó de Carlos Bianchi. Cagna hace que el Matador juegue simple. Y ahí está el secreto, si es que los hay. Tigre basa su juego en las simplezas. Una defensa ferrea. Un medio que desmenusa el fútbol que ingiere y que intenta buscar a otro jugador que tiene la misma camiseta. Y unos jugadores de ataque que están siendo letales en el area. Martín Morel lo fue durante todo el campeonato. Lo es el Chino Luna desde que desbanco a Lazzaro de la titularidad, facturando goles de tres puntos. Pese a que no pudo plasmar en la red durante todo el torneo el gran esfuerzo que hizo, el ídolo de la hinchada, Leandro Lazzaro, se pudo desquitar en Rosario. Marcó un gol y se separó una página que está destinada para que los referentes las escriban.
Volvió a ser San Lorenzo. 8 goles en 5 días. 8 conquistas en 160 minutos. El Ciclón se aprovechó de un Independiente que está en el fondo del mar, y que solo se ve opacado por la campaña desastroza que está haciendo River. Le hizo cuatro, y le hizo precio. Una perlita el gol de Aguirre, lírico. Se había desinflado, pero ahora llega con un envión anímico. Tiene el partido más complicado, a priori. Volvió a jugar bien. Se lució y cambió los murmullos y la desazón de un par de fechas atrás por la esperanza y los aplausos. Ganó dos partidos al hilo, algo que no hacía desde la décima fecha.
Lanús va a salir campeón. No en este campeonato, o sí, todavía falta la última palabra. Pero esta institución hace las cosas bien. Tiene un proyecto en manos de un profesional ejemplar como Luis Zubeldía, así como ya lo tuvo bajo la tutela de Ramón Cabrero. Apuesta por pibes de las inferiores. No desmantela el equipo. No vende, ni compra mucho, es estable. El camino parece repetirse. Un par de campeonatos para que adquieran roce y experiencia Salvio, Lagos, y Diego Gonzalez. Sebastián Blanco ya es un jugador maduro. Uno de los mejores del fútbol domestico, y una apetecible opción para la Selección. José Sand es un goleador notable y marcá con regularidad. Asegura 10 goles por campeonato. Ese hormiguero futbolístico también dejará que se destape algún jugador más. Algún pibito asomará y se sumará a estos jovenes grandes. Por estas cosas Lanús seguramente salga campeón de aca a dos años. Porque es un equipo serio, una institución ordenada, y esta viviendo su etapa dorada. El campo esta sembrado, en algún momento, los triunfos y los millones de dolares serán cosechados, un modelo.
Está todo abierto, y las sorpresas no dejarán de aparecer. Los goles se gritarán o se sufrirán por tres. Los arbitros tendrán que tener cuidado, serán un blanco facil ante la derrota, o ante la victoria. Los preambulos son innecesarios, la semana sera larga, o corta, pero el día llegará. Los jugadores jugarán sus partidos, pero también estarán en otras canchas. Los hinchas alentarán a sus equipos, y también a otros. Los jugadores serán jueces, y los equipos juzgados. Basta de chachara, el domingo se define todo, o no.
Gran migración gran
Hace 15 años
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