En un año electoral en el club de Nuñez, en un año en el que por fin los hinchas se van a sacar de encima al honestisimo mandamás José María Aguilar, no faltará alguno de esos periodistas medio pelo y aparte chupamedias y escaladores que quiera nombrar al Ogro Shrek(?), perdon... al Ogro Fabbiani como candidato a presidente. Es que eso es lo que a generado ese gordito marketinero desde que se lo vinculó a River. Lo de los hinchas, su fervor, obvio, es entendible. Un equipo que viene de salir último, un plantel anoréxico de lideres y de fútbol, que necesita una inyección, un poco de peso entre sus filas, al menos para que no lastimen tanto los ojos de los espectadores. El simpatizante del Millo arrancó el torneo como aquella mujer mal herida, dejada por un hombre al cual le había brindado su amor y su cuerpo, y este con desprecio le dió la espalda y la humilló. El corazón roto como una copa (y no la Libertadores) veía encima que en el verano no se le daban las cosas. Boca lo bailaba y se llevaba los dos superclasicos y los refuerzos no venían, entonces este buen jugador que sí lo es Cristian Fabbiani heredó el mote de salvador, la capa del heroe, la 10 de Alonso, la 9 de Francescoli. La pregunta es: ¿Tiene pergaminos para tanto en tan poco? La respuesta es facil. No, no los tiene. Es un muy buen jugador, seguramente uno de los mejores que este plantel de River puede llegar a tener, pero su jerarquía esta muy inflada, demasiado inflada. Un sector del periodismo, que desprende olor a podredumbre, se está encargando de ver en los movimientos del Ogro la excelencia hecha fútbol, hecha potrero. Dejense de joder viejo, basta de chamuyos. Fabbiani es bueno pero no lo inflen màs (101 kg), por favor aflojen, aunque sea un poquito.
